En el momento en que Galileo fue puesto en libertad; él miró al cielo y después al suelo, y, batiendo con sus pies éste, de un modo casi contemplativo dijo en voz baja: “Eppur si muove”, queriendo decir “y sin embargo se mueve” refiriéndose a que la Tierra no era el centro del Universo, y que ésta se movía igual que los planetas en el cielo. (Giuseppe Baretti, 1757)
Tanto si era considerada la Tierra como el centro del universo (modelo geocentrista de Tolomeo), como si era el Sol el que estaba en el centro del Sistema Solar (modelo heliocentrista de Copérnico), desde la Antigüedad el Sol ha sido el astro más importante para las civilizaciones, habiendo sido utilizado como reloj y calendario en la vida social, política y religiosa.
Ese mismo movimiento aparente que tiene el Sol en nuestro cielo terrestre, que tantos conflictos causó durante la historia, va dibujando durante un año una curva en él digna de admirar, llamada Analema.
La explicación astrónomica
El origen de la palabra es bastante antiguo y en griego significa “soporte de reloj de Sol”.
Esta curva tan singular se obtiene fotografiando la posición del Sol a la misma hora y en el mismo punto geográfico todos los días (o semanalmente, lo importante es que sea periódicamente) durante un año.
La forma que tiene esta curva en nuestro cielo es de ocho acostado o infinito asimétrico. Pero, ¿por qué obtenemos esta forma? Esto se debe a dos factores; a la órbita de la Tierra y a la inclinación del eje de ésta. Si la órbita fuera circular encontrándose el Sol en el centro de ésta y el eje de la Tierra no fuera inclinado, el Sol aparecería siempre en el mismo punto cada día.
Una curiosidad, si la Tierra no tuviera un eje inclinado, ¡no tendríamos estaciones! ¿Te lo imaginas?
Analemas en otros planetas
Casi todos los planetas del Sistema Solar tienen un analema y son diferentes entre sí. Y digo casi todos porque Mercurio y Venus carecen de ella. Esto se debe a que, en el caso de Mercurio, un año solar dura alrededor de un día y medio y, en el caso de Venus, la duración de un día es superior a la de su año solar.
Seguramente el analema terrestre posea una fuerte carga simbólica y sea el más elegante de todos, pero mi preferido es el de Marte. Me resulta sublimemente irónico que el “planeta rojo” tenga un analema en forma de gota de agua. Como si el Sol quisiera dar alguna pista de donde encontrar agua o simplemente quisiera gastar una broma.
Un dato curioso, ¡la Luna posee también su analema solar!
El analema como la primera colección.
El ser humano siempre se ha sentido atraído por lo que sucede en el cielo, más allá de la Tierra, en el Universo. Algunas civilizaciones, como la griega o la romana, han atribuido dioses a cada uno de los planetas, alegando que tuvieron una influencia en la vida de los hombres. Todavía hoy llevamos dentro esa pasión por el cosmos; y el arte y la moda son medios que usamos para deleitarnos en su belleza.
Quería una colección llena de magnetismo astral y ¿qué mejor que las curvas que dibuja el Sol en cada cielo de quién lo visita? He buscado replicar en cada pieza esas danzas fascinantes que captaron la atención de quienes las observaron.
Por eso he creado esta colección inspirada en los analemas. Una síntesis entre la elegancia de las curvas y un estilo minimalista y funcional, típico de un diseño actual, que siempre busco en mis creaciones.
La idea es que puedas formar parte activa de la colección usando tu creatividad a la hora de elegir los diferentes analemas. Puedes llevarte uno, dos, tres pendientes, iguales o diferentes combinándolos entre sí o haciendo juego con anillos o una pulsera.
En definitiva, siente la atracción de los planetas y déjate influenciar por su fuerza y belleza. Elige tu/s analema/s y forma parte del universo Hypatia.